Tema: Blusa Blanca.
Segundo Lugar.
Hoy me levante con ganas de ir con mi novia, es temprano, ella me llama como a eso de las 9:28Am. Que por que tenia que hacer un examen en la prepa de la materia que réprobo, física. Pues yo como andaba en no hacer nada, solo esperaba el momento de la llamada.
Me llama y me levanto, corro hacia el carro y pienso. Hoy nada pasara todo Será perfecto estaré con ella, y será un buen día.
<< Grave. Gravísimo error >> pensé después. Pero primero lo primero, en el patio, estaba la blusa blanca de mi hermana mayor, ella es muy materialista, su blusa favorita. Alguien puede amar a un carro, una persona con tanta pasión como ella amaba esa blusa blanca.
Para mi suerte una noche antes los retos de Saúl y mi elevado ego nos llevaron a la competencia de un cuento, por lo que me había tomado la noche discutiendo con él, Acerca de cual era el mejor de ellos, en pocas palabras estoy bien madreado por la desvelada.
Bueno el día corría normal, pero entre la normalidad y la belleza de lo cotidiano, la desventura siempre termina encontrándote, hasta en el detalle más mediocre y casero. Y éste no fue la excepción que hace la regla valida, en el momento que iba sacando el carro. El tendedero estaba enfrente con la blusa favorita de mi hermana, y la antena jaló la blusa, eso hizo que cayera en la llanta izquierda, en donde está el asiento del copiloto.
Jale aquella blusa y sin darme cuenta, lo arrastre con la llanta, cosa que se pego con el excremento del perro de mi hermana, el perro Rocco.
Llegue con mi novia sin percatarme de aquello, pasamos un tiempo juntos y me regrese a la casa y vi la blusa tirada, rota, desecha, igual y una pequeña rotura; se la hubiese arreglado, pero no fue así, estaba completa y desgraciadamente toda rota.
<<Chingado>>, pensé, así que fui por refuerzos, y como estaba corto de efectivo, fui a la casa de un querido amigo mío llamado Ricardo. Déjenme hablarles de Ricardo el era un antiguo punk de los tiempos del cólera, siempre traía una playera negra pero reformado(o deformado) por afanes del destino y se había convertido en un hombre de bien era un poco gordo güero algo tímido, pero muy leal. El se levanto bastante modorro, acababa de levantarse, y con los pies descalzos solo con los calcetines me dijo:
-Que pedo, Wei.
-Oye Wei hazme un paro ponte los tenis y fuga.
Seguido de eso, el pobre hombre en su afán de ayudar olvido el ayuno, así que también fui a conseguir otro acompañante.
Así que fui con el Pizarro, primero déjenme hablarles de el, el era tatuador en los Ángeles, y le decimos Pizarro debido a que tiene toda la piel tatuada como un pizarrón viejo y sin limpiar, fue cholo asalta bancos y un tiempo punk anarquista de lo peor, el era ateo y haría lo que fuera solo por diversión, tiene el pelo hasta los hombros y un bigote que hace parecerlo Patinador profesional de patinetas.
Le pedí el dinero prestado.
<<Maldita sea>> me dije, estaba tan pobre como nosotros, así que Ricardo le pidió dinero a su madre para prestármelo, nos subimos al auto, pero a la hora de sacarlo que pega el retrovisor derecho contra una pared de ladrillos que esta enfrente de mi casa rompiéndolo completamente, cosa que el carro tampoco era mío si no de mi hermana también.
Ahora eran 2 cosas que conseguir: su maldita blusa y el retrovisor del carro.
En la radio se escucha la canción de la rubia y el demonio de panteón rococó, seguido de burlas, de mis amigos debido a mi estupidez, mi hermana, llegaba a las 4:30Pm, y eran las 12:00pm, también había tomado su automóvil sin permiso, el plan estaba dividido en varias partes, además mi escuadrón estaba completo Ricardo, Pizarro y yo.
Parte 1
Limpiar la evidencia.
La coartada era buena y simple, le diría que saque el carro para limpiar, el patio donde lo guarda, y que su blusa blanca, la metí pues ya estaba seca.
Así que empezamos a limpiar un patio de 6*5, que estaba llena de mierda de perro olorosa, ninguno de mis “scouts” estaba desayunado, así que nadie vomito, pues sin nada en el estomago nos era imposible. Limpiando los rastros de aquel plástico duro que pertenecía al retrovisor, y los pedazos de tela con mierda arrastrados por el piso.
Terminado eso seguimos con el plan.
Parte 2.
Búsqueda del Plan B.
Eso era simple, pero no por menos complicado, teníamos que hacer que ningún cabo estuviese suelto y en caso de que no hubiésemos cumplido bien con ningún de las anteriores partes del plan.
Pizarro y yo limpiamos el carro, así diríamos que me caí encima del retrovisor, intentando limpiar el techo, por lo que para poder hacer que esa coartada funcionase, me pegaron con un bat de béisbol en las costillas hasta que quedo morado, procurando no romper ninguna (puagh perdón escupí sangre) costilla.
Parte 3.
Búsqueda del remplazo.
Todo esto se podía evitar consiguiendo el remplazo del retrovisor y de la estupida blusa blanca, así que esta fue la parte mas decadente, conseguimos la blusa en un tianguis, no era muy nueva pero lo conseguimos, y ese era el punto.
Seguía el retrovisor, fuimos a cada yonque de la ciudad, por lo que terminamos en dos partes más sobresalientes.
I.-Calle Unión de yonques
Llegamos y un señor de olor extravagante (por así decirlo), juro que lo tenia, y Davis me pregunto, oye y que chingados tiene de especial esa blusa blanca, a lo que solamente reí. El señor solo tenia el izquierdo (llego a pensar que el lado del copiloto de aquel carro Gio Metro, esta maldito, una vez choco el carro y todos salimos ilesos menos el copiloto que era yo (mierda pinches recuerdos)).
II.-Nuevo Mexicali
-Este fue el primer carro de mi hermano.
En el carro iba sonando la canción de Beirut, nantes. Y Ricardo me pregunta
-pero y el rojo
-este fue el primer carro que compro mi hermana con su dinero. Corrijo.
-y la blusa blanca.
-Una vez que fue a Chiapas iba caminando por la acera mi hermana, y una muchacha que estaba con su bebe también pero en sentido contrario a unos metros de ella iba pasando un militar, y por la falta de respeto de la chiapaneca al no bajarse de la acera, un pedo estilo judío en tiempo de el holocausto Wei, algo cabron, pues la empezó ha agarrar a chingazos, y mi hermana al ver tal abuso metió el cuerpo para que no le pasara nada al bebe, el paramilitar, como que se aburrió y se fue riéndose.
Mi hermana termino con su ropa sucia, por lo que la muchacha al ver la valentía de mi hermana le regalo la playera que había apenas comprado, ella se la puso, y le agradeció. Por eso es tan especial esa blusa.
Freno el carro, llegamos con 2 mecánicos, que charlaban.
-Oye Wei y ¿tu que prestarías el carro o la vieja? .Dijo un mecánico.
-pues el carro.
-¿y tu?
-Pues la vieja.
-a no seas mamon, ¿y eso?
-Pues si Wei, a la vieja ya se lo que le van a hacer, pero al carro quien sabe.
<<Oye mano no tendrás hay entre la bola un retrovisor de un “GIO METRO”>>, le dije interrumpiendo su charla a lo que ellos voltearon tomando los tirantes de los esquiroles que traían llenos de grasa y aceite de motor, además de unos tenis estilo choclos, bastante viejos.
-Fíjate que no mano, ¿oye y tu que prestarías?
Parte 4
Valió.
-¡chingado, chingado, chingado! -Decía al mismo tiempo que caminaba.
-ni los pinches buitres contestan. En el desierto mis amigos y yo, caminando buscando algún rayte, para ser mas exactos la salada.
-bueno recapacitemos cabrones. Nos dice Pizarro, que estaba a mi derecha jugando con una lata.
-que vamos a recapacitar Wei, llegamos, le contestaste con una pendejada. Nos reprocha Ricardo
-Pues cabron quien iba a pensar que eran Chakas, y que traían cuernos de chivo, además no pensé que se hubieran enojado por eso.
Me hubiera gustado pensar que era una mejor idea llevarme al Pizarro, pero no lo fue.
Lo que paso fue lo siguiente, el Wei nos pregunto
-¿oye y tu que prestarías?
-Mi amigo Pizarro contesto pues a tu vieja.
“Reímos de lo lindo” el hasta entonces conocido mecánico, nos invito a tomarnos unas “birrias”, nosotros aceptamos gustosos, y un norteño que llego de la nada empezó a disparar en el aire con una pistola 9mm Semi-Automática, nos levantamos y con todo el respeto del mundo dijimos:
-Nos tenemos que ir.
-No valla que se nos estén chabaleando. Dijo el norteño.
-No que pues pero es que ocupamos esa parte si no pues mi hermana me va a matar, y aun no la tenemos y ocupamos ir a buscarla.
-Órale pues cabrones.
Fuimos al carro y Pizarro movió la blusa blanca y la hizo notar y el norteño nos dijo:
-Oye cabron, fíjate que me gusta tu blusa blanca.
-Si señor pero no se la puedo dar.
-La va a hacer de tos.
-no pero pues es de mi hermana haga el paro.
-Mmm....., Órale pues chinguen a su madre de aquí.
Eso iba muy bien, pensé, no nos dirá nada, cuando de pronto que le dispara ala llanta de atrás del carro, abre el carro y nos saca, seguido de un grito de guerra.
-Saben que nos lo llevamos a la salada nomás por culos.
-No aguante señor, aguante. Gritamos en un unísono.
Nos aventaron en el desierto de la salada y así acabamos ahí, algo embriagados, caminando hacia la nada, saben lo único que aprendí de este día (ya era de noche al terminar) que hasta el detalle mas pequeño del mundo siempre se puede volver el problema gigante. Lo único bueno fue que saque este cuento, mis amigos ya les hablaron a los demás para que pasen por nosotros, pero siempre me digo a mi mismo la primera ley de Murphy, si algo puede salir mal, saldrá mal, y al fin y al cabo las cosas siempre pasan solo por que si o ¿es acaso que dios nos odia?
Alejandro Luna.
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