Tema: Blusa blanca.
Deseos neutros, dispuestos a tomar caminos tan radicales en poco tiempo.
Sin negarse ni pelearse aceptan las manzanas que le ofrecen la vida y la suciedad de estas.
-¿Quién soy?-
-Me inundo en un mar teñido de blanco-
-¿El mar verde revoleteado de piscas de color café, donde me acariciaba un brisa del horizonte, donde quedo?-
-No tengo destino al estar aquí, ni siquiera puedo moverme gracias a esos respiros del horizonte que tanto gozaba-
Se escucho un tintineo y de repente se soltó una fuerte brisa de aire, ella bailo nuevamente gracias al soplo que entro de la puerta de la tienda, se sintió tan feliz recordando cuando se movía al compas del ritmo del aire. Mientras seguía el ritmo fue tomada a la fuerza, sin capacidad de resistirse fue tomada de su salón de baile, y llevada a un espacio oscuro donde la poca luz que veía se le fue arrebatada.
-¡Porque me pasa esto a mí!- decía con una desesperación absoluta, tal que nunca había sentido antes.
¿Sera por qué al dejarme llevar por el aire y esperar por ella en lo que tengo de memoria, el destino se aburrió de llevar esa vida tan cíclica?
-¿Dónde me llevan?- Sentía movimientos bruscos y de manera uniforme, a pesar de que se encontraba en la oscuridad más los movimientos que le impedían pensar que estaba pasando fuera de su mundo oscuro, no se quejaba solo… se dejaba llevar.
De repente una fuerte luz salió disparada, desvaneció lo que parecía ser una utopía de oscuridad se desvaneció como los algodones y el pasto se dejan dominar por el aire.
Cuando pudo observar el nuevo mundo que lo preparaba, se dio cuenta que estaba arropando a una señora, no tenía capacidad de resistirse ni de mucho menos la voluntad de hacer que sus pensamientos sean oídos.
Dejándose llevar, tomar el camino, hacer lo que hace la señora sin reproches. Solamente disfrutaba la brisa y lo nuevo que veía, no se daba cuenta, pero su mar blanco y puro poco a poco se perdía esa cualidad.
Se dio cuenta hasta que sintió un calor ferviente, un calor que emanaba odio, incomoda pero sin reproches, se tiño de una tinta rojiza cálida y acariciada por un humo negro, perdió la pureza de su blancura que tanto conocía, era la primera vez que se enojo pero no lucho, no tenia caso, no tenia destino, solo se dejo llevar como el aire lo hacía en aquel campo.
-¿Dónde me encuentro?-
-Me encuentro en un océano lleno de colores-
-¿Qué soy?
¿Dónde está el roció que me acaricia cuando apenas veo la luz?
-¿Por qué los demás reflejan algo y yo no?-, -No tengo chiste ni espíritu, no tengo sueños ni propósito.
-¡Alto!-
-¿Dónde me llevas?-
-¿Me darás mi roció?-
-¡Espera!-. ¿Qué haces, porque te cubro?
-Acaso no quieres mostrar una actitud, no quieres tener un espíritu, quieres que cubra tus miedos si apenas yo puedo con los míos.-
-¿Señor donde va?-, ¿Por qué quiere vivir una vida tan deprisa en un día tan largo?
El señor había llegado con su familia, abrazando a sus hijos y esposa.
-Que cálido son esos abrazos- ¿Por qué el señor no quiere sentir ese calor?
Recibió un beso por parte de su esposa, beso tras beso que conducía un camino a su dormitorio.
-¿Ese calor se le llama amor?- -¿Por qué el señor no quiere sentir esa calidez tan hermosa?-
-Ya veo a lo mejor el señor se puede quemar y se desvistió cuando pensó que podría arder en llamas-
-¿Se acabo?- -Parece ser, ya solamente siento frio-
El señor volvió a tomar camino, manejando a toda prisa, se estacionó en otra casa.
-¿Volveré a sentir el mismo calor?-
Sin darse cuenta, se había llenado del espíritu del señor y de su fuente de calor en forma de labial.
-No siento lo mismo, solo escucho gritos, y un calor que emana odio-
-El amor es tan complicado-
-Ahora percibo miedo, que cosa tan más complicada ando arropando-
-Siento algo liquido, ¿Acaso es mi roció?-
-No, no lo es, es rojizo y cálido, el que me daban era incoloro y frio-
Mientras decía esto, observaba a algo que parecía su gemelo, su misma forma de mostrar que no tiene espíritu y ni voluntad, esperando a que las cosas pasen sin buscarla.
La otra también se percató que tenían cualidades iguales.
Al unisonó, en un susurro que nadie excepto ellas podían escuchar mencionaron
-No tenemos sueños, propósitos o destino-
-Esperamos a que el mundo nos de las cosas, preferimos esperar que buscar-
-A la espera y cuando tenemos éxito hacemos nuestro historial grabada dentro de la pureza de nuestro cuerpo-
-Somos el historial de los hombres-
-Al final si tenemos propósito y destino-
Lo mencionaron con carcajadas
- Somos su conciencia que se lava a mano-
Pedro Gaspar.
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