domingo, 12 de junio de 2011

Mis letras de amor

                                                                                               Esteban Lopéz.


28 de Junio de 2015
Querido Diario:
Hace unos días tuve la firma de autógrafos por mi nuevo libro “Ánima color sangre”, dado que fui un tanto considerada con los fans al escribirlo las ventas fueron por demás substanciosas… quisiera decir que esto me hace feliz, digo soy una de las escritoras más exitosas de mi generación, pero esta firma de autógrafos me abrió los ojos sobre la realidad de mis lectores: Chicas adolescentes que tenían inquietudes tan estúpidas como que tenían que vestir para conquistar al personaje principal de mi novela,  y también había escritores snob que solo acudieron al evento para decirme todas las supuestas “fallas” en mi estilo de escritura. No sabía cómo debería reaccionar cuando empecé a dedicarme a escribir estaba psicológicamente preparada para “morirme de hambre” verdaderamente no me importaba vivir de pan y vino barato con tal de escribir algunos libros decentes, pero llegó el éxito financiero y la verdad nunca me he sentido cómoda con esto.
Pero entonces, el llegó. Era bien parecido pero no particularmente atractivo, usaba cabello corto y negro, era alto y delgado, su piel era pálida, tenía un hoyuelo bien marcado y una nariz puntiaguda. Cuando lo vi, creí que era otro escritor amateur que me insistiría en que leyera su mediocre trabajo, pero no, presento su copia de mi novela para que la firmara y dijo “Me encantó el hecho de que convirtieras a un personaje tan físicamente atractivo y hasta cierto punto carismático como José en un villano tan realista y perturbador, con miedo a insultarla, no entiendo porque ese personaje tiene tantos admiradores siendo que esta, al menos en mi opinión, en un punto más allá de la redención” Yo no supe cómo reaccionar, el había interpretado a mi personaje tal y como yo lo escribí, tenía tantas cosas que decirle pero había una fila enorme de personas que querían mi autógrafo, le di mi número de celular y le dije que me llamara.
Han pasado 2 días y no he recibido su llamada… ¿Lo habré apuntado mal? ¿Habré sido muy abrasiva? ¿O fui demasiado prepotente?... a lo mejor está aplicando la regla de los 3 días, según yo eso solo se aplica en las citas hechas en clubes nocturnos, pero yo sé de relaciones humanas lo que Bela Lugosi sabía de métodos para dejar la morfina… bueno ese chiste fue malo y deprimente, vale más que duerma un rato, hoy ha sido un día cansado.
Freud te bendiga
Alejandra Venegas.





1 de Julio de 2015
Querido Diario:
¡Me llamó! Tardó un poco más de lo esperado, pero me llamó ayer y me invitó a cenar, y para mi suerte se canceló la firma de autógrafos de hoy, por supuesto que dije que sí.
La cena fue estupenda, el se comportó como todo un caballero hasta el último minuto, sus palabras tenían un efecto cuasi hipnótico en mí, no era otro escritor pretensioso, era solo un lector aficionado y lo admitía con orgullo, sin embargo el tenía conocimientos comparables a los de alguien con doctorado en Letras: Kafka, Cervantes, Dante, Wilde, Neruda, y muchos más, estos temas los dominaba con total control, y su léxico, aunque algo redundante, era increíblemente fluido y poético…  No podía creerlo, por fin alguien con quien podía hablar, alguien que entendía la parte de mi alma que muestro en las letras que escribo, si al fin lo entendí: Todo era parte de un plan superior, mi éxito como escritora fue una elaborada triquiñuela para conocerlo, escritora y lector, sin saberlo mis letras eran para sus ojos y sus ojos eran para mis letras.
Pagó la cuenta y me llevó a mi apartamento, me dio un beso en la mejilla y se despidió.
Su nombre era Francisco, y yo estaba totalmente enamorada de él.
Freud te bendiga
Alejandra Venegas.







2 de Julio de 2015
Querido diario:
El tenía novia… ¿Por qué no lo menciono antes de que me ilusionara? No es justo, por fin encuentro a alguien de mi edad que no es un completo imbécil y resulta que no puedo estar con él. ¿Cómo pude ser tan pendeja? Me ilusione así sin más, dos pláticas y yo caigo como mosca en jalea, pero ya ni a pendeja llego, apenas y me puedo decir solterona urgida, tengo 27 malditos años y no he tenido una sola pareja, ni siquiera he dado mi primer beso, ¿Cómo carajos esperaba que alguien se fijara en mi?
Una vez bajados los humos, me doy cuenta de que estoy siendo un poco dramática, digo, si en verdad lo quiero, debo permitirle estar con aquella persona que el ame, quizás tenga más en común con ella que conmigo, quizás ella no sea tan prepotente e ignorante como yo y sea alguien de visión más centrada en la vida, alguien que no dependa de un diario viejo para desahogar los sentimientos que no es capaz de mostrar en el día…
No es el fin de mi mundo, puedo seguir siendo su amiga, incluso puede que su novia también sea mi amiga, mi felicidad podría llegar dándoles mis textos no publicados y que ellos me digan su opinión.

Quizás un día el me amara como yo lo amo a él.

Freud te Bendiga
Alejandra Venegas




5 de julio de 2015
Querido diario:
Ella… ella era una perra, así sin más, no podía creer como él era abusado y humillado por ella, cada que el trataba de tocar algún tipo de tema interesante, ella lo hacía callar, le decía que dejara de aburrirme y le recordaba sus “supuestas” deficiencias.  Cada que estábamos a solas ella me mandaba indirectas groseras y me miraba como si hubiera matado a alguien de su familia, ella se jactaba de ser el “mejor” partido que Francisco podía conseguir, los temas que le interesaban eran superficiales a más no poder, su gusto musical era vano y horrendo, su ignorancia era increíble y casi tan grande como su ego y prepotencia.
Ahora lo entendía, Francisco y yo si éramos el uno para el otro, mi misión era salvarlo de esa arpía que lo trataba como un perro callejero.
En respuesta a esto, ayer salí con Francisco, simplemente fuimos al parque, una vez completamente solos le dije cuanto lo amaba, como no podía seguir permitiendo que aquella bruja lo siguiera maltratando de manera tan cínica y que él era la única persona que me había aceptado en todas mis facetas.
Hubo un largo e incomodo silencio, entonces él me besó intensamente. Era mi primer beso, sus labios era tiernamente carnosos y su aliento tenia sabor a fresas y menta. En mi torpeza mordí su lengua al final, el simplemente sonrió, con una vitalidad que me era desconocida en el, me abrazó y nos fuimos a mi apartamento sin decir una sola palabra, no había nada más que pudiera ser expresado con palabras.

Yo era Dorothy y había llegado al final de mi arcoíris, no podría ser más feliz.
Freud te Bendiga
Alejandra Venegas




7 de Julio de 2015
Querido Diario:
Esto fue la gota que derramó el vaso, mi pobre Francisco esta en el hospital gravemente herido, y todo por esa puta.
La bruja mando a sus matones a golpear a Francisco, una vez que él había terminado su relación… Y la pinche policía no sirve para nada.
Estoy harta, ya se acabo, toda mi vida me han abusado de maneras horribles, pero ahora quieren tomar aquello más precioso de mi vida, pues no más. Ojo por ojo, diente por diente, ella no le volverá a tocar un pelo a mi amor.
Francisco… te amo.







9 de Julio de 2015
Querido Diario:
Mis manos están sucias…
Observé por días el interior de su casa, hombres fornidos entraban y salían, la muy puta se acostaba con todo lo que se movía, Francisco era solo un juguetito mas, ella solo quería marcar su territorio, mi furia crecía y crecía. En algún momento pensé en contratar a alguien para que efectuara este trabajo por mí, pero debía ser yo la que terminara con esto, ella debía sufrir de mi propia mano.
Planeé todo meticulosamente, compre una mezcla de analgésicos en distintas farmacias, conseguí una sierra de acero inoxidable, guantes y tubos de hule. Inocentemente, sin levantar la más mínima sospecha, Alejandra preparó su venganza,  ella era débil pero soportaba su propio dolor, pero al ser lastimado su ser más amado, la teta de de Alejandra se convierte en una bestia sedienta de sangre.
Observé que la “ex” tenía un hábito un tanto peculiar, ella preparaba su cena y en seguida, sin fallar ni un día, se daba un largo baño en lo que sus alimentos se enfriaban, que poco sabía ella de que esto la iba terminar matando… esta frase, aunque salida de thrillers terribles, sintetizaba el resto de la noche.
Una vez que ella había entrado al baño, yo entré por la ventana, disolví  los analgésicos en el licor barato que ella tomaría en la cena y me escondí. Espere escuchar el golpe, que llego casi inmediatamente después de que ella había salido de su baño, allí la tenía, ¿Quién hubiera pensado que su vida acabaría en mis manos? Ya nada importaba, ella había lastimado a Francisco y debía pagar.
Pareciera que imité el clímax de “Ánima color sangre”, la coloqué en el comedor, le hice torniquetes con los tubos de hule en todos sus miembros, me puse los guantes y tome la cierra. Los cortes fueron mucho más duros de lo que yo había pensado, no pude cortar los huesos, tuve que romperlos, me pareció un milagro que el dolor no la hubiera despertado aun, pero logré terminar el trabajo, tuve cuidado de colocar los miembros cerca de ella, pues esto sería esencial para el próximo paso.
Ella finalmente despertó, intentó gritar, pero nadie la podía escuchar, se dio cuenta de que sus brazos y piernas ya no eran parte de ella y me pidió piedad a sollozos. La mire fríamente y la bañe con algo del licor que ella había bebido, el resto lo rocíe por todo el comedor, tomé un cerillo, y el fuego terminó este macabro fandango.
Salí tan silenciosamente como entré, me deshice de mis ropas y herramientas para finalmente regresar al hospital. Francisco todavía no despierta…
Francisco te amo.
15 de Julio de 2015
Querido diario:
Los doctores hoy desmintieron cualquier clase de esperanza para el estado de francisco, había fallas masivas en muchos de sus órganos y tenia daño cerebral demasiado severo, su cuerpo apenas y podía seguir funcionando. La madre de Francisco decidió desconectarlo, ella no tuvo el corazón para quedarse más tiempo con él, pero yo debía estar allí hasta el final.  Francisco, te amo y estaré allí hasta el final.
Francisco y Alejandra el amor que no pudo ser.






2 de Agosto de 2015
Querido diario:
Todo acabó, Francisco murió, allí estuve, sosteniendo su brazo, y en su último segundo pude sentir su mano apretando la mía, y oler lo último de su aliento, que seguía, a pesar de todo, con ese olor a cerezas y menta. Abracé su cuerpo sin vida y le di un último beso, sus labios ahora sabían a sangre.
Ya no queda nada, no había plan superior, no había amor a primera vista, no había nada…
¿Por qué el destino me hizo esto? Me muestra el amor solo para quitármelo cruelmente… pero merezco todo, lo merezco por ingenua y pendeja.
La muerte en este punto sería un regalo, pero no, el destino que yo misma forjé es una vida de sufrimiento, días donde estaré siempre consiente de la muerte de mi propia ánima, días donde lo único que podrá hacerme seguir con mi vida (si a esto le puedo decir vida) son mis propias letras, trágicas, mediocres, presuntuosas y ridículas, pero mías al fin.
Día a día mis sollozos disminuirán, minuto a minuto me volveré afable a la propia soledad y los recuerdos de mi relación con Francisco pronto serán poco más que  los recuerdos de un dulce-amargo amorío de secundaria.
Conservaré este diario para tener el registro en tinta indeleble de mis primeras y últimas letras de amor, para saber siempre que este es un género que mis textos nunca deben tocar.
Freud te bendiga
Alejandra Venegas.

Esa noche en que entendí.

                                                                                           Saúl Bautista.


Mira caer la noche, esta tensa, aún de negro vivo, serpiente enredando su cuerpo cariñoso, en una arrabal de estrellas soñolientas.
Ha bajado al primer piso, con la tierna idea de los inviernos descubiertos, algo de otoño aun se dibuja en su mirada, y el tiempo, es la herramienta de la muerte.
Se ha quedado frente al televisor, sin ver nada, solamente le acompaña la triste frazada que acaba de descubrir que ya tiene diez años de edad, y aun se conserva a su lado…
En la repisa, ha removido todos aquellos retratos, que le hablen de recuerdos, porque prefiere no recordar, esto quizás le ayude con los problemas que la edad, han empezado a ocasionarle, quizás sin ver una cola tan larga, pueda creer que nació ayer… Sin embargo, esa noche ha decidido romper el pacto, ha ido a una tienda de veinticuatro horas y comprado un bote grande de helado, y lo que esa triste, ha descubierto, lo ha colocado sobre la repisa, para terminar de aceptar, que tiene los años bien cumplidos sobre su espalda…
Y le vienen a la memoria, tantas y tantas ideas de la escuela, los aires matutinos, las carreras, el momento en que entendió que sus padres envejecían, y se dibujaban sobre sus figuras, esa edad, que a ella, ya le sorprendía, y le daba el toque de sus padres sobre su cuerpo, y se tintura de mamá, de papá, de los hilos de la estirpe, y su desencajado ser…
Aún en el silencio, prende la televisión una vez más, después de haberla apagado, y mira los infomerciales, que ofrecen la belleza eterna, los elipsis de la juventud. Y allí están, ese y esa, los de siempre, tan admirados, tan ciertos, que en sus años primaverales prendía el televisor para mirarlos ser rebeldes sin causa, en una serie de imágenes tiernas, donde el amor ganaba… Ahora los ve promocionando energía sexual, y levantadores de busto… Hay un suspiro tierno… y de repente, el himno nacional, y lo deja ir… es que esa misma noche, ha descubierto que nunca tuvo patria, y que nunca tuvo idea, de donde es: estar realmente en un lugar…
He aquí que la noche se acaba, y han dado las cinco de la mañana, con su difuso pensar, y los pajarillos trovadores, comienzan a sonar la serenata y las mañanitas a un Dios desconocido; y les toma cómo si le pertenecieran, y por primera vez en su vida, ha decidido creer que la vida puede no existir, en esto piensa mientras oye los leves y  los grandes pasos de la vieja ciudad cansada y acelerada de siempre… Ahora la entiende, es que también ha llegado a su letanía, y cree, y tiene la certeza de que morirá… Y vela por un platillo de la época, los olores gustoso de la comida de siempre, y los colores de una bandera que nunca fue suya, hasta que se le antojo cagarse encima de ella, y hacer las pases creyendo que algún día lograran algo en conjunto, y alzar la vista al cielo y ver los miles de pajarillo trovadores de serenatas difusas y escandalosas de las cinco de la tarde, y morir a gusto en el pasto, siendo quien es, aceptando el soy, cómo esa razón que sólo puede comprender con pensamientos abstractos, el famoso mundo de las ideas, intangible, pero puede ser cierto, real… y hasta entonces sintió la necesidad de olvidarse de todo lo aprendido, no para aprender, si no para entender que de nada servía… Y esa nueva noche, en que ha guardado todo, y los póster de aquellas estrellas, que descubrió en un puesto de tianguis, los compro sólo para dar por olvidada la juventud de manera formal, y ha puesto sabanas sobre los muebles, y ha comprado más helado que nunca, y con un cono colorido, se ha sentado ha esperar la muerte…

jueves, 9 de junio de 2011

Dia de trabajo

Dia de trabajo.
Son como las 6 de la mañana un despertador en forma de piramide donde enterraban a los emperadores de Egipto me despierta. Me levanto algo agitado, tuve una pesadilla.
Estoy sudando, se que es temprano, dona chona aun no ha calentado el comal para preparar las gorditas. Ese  olor se penetra en el depatarmento todas las mañanas, el queso quemado, la masa cosida, la carne desebrada, ese olor penetra las mañanas, por eso me levanto temprano para no oler ese empalagoso olor.
Me baño, en la regadera, me quito un pellejo de piel muerta del dedo mientras pienso que cada mañana es una nueva vida. Y saco mi conclusión de que esa es mierda que sacan los psicólogos para que no te de el sindrome de Karoshi.
Salgo de la bañera, y me preparo mi desayuno, pan frances con machaca y chilaquiles.
El olor a masa cosida penetra mi habitación, prendo un cigarrillo para ocultar el olor.
Aunque el olor a queso quemado es aun mas fuerte.
Salgo de la casa, y paso por donde esta doña Chona al mismo tiempo que  camino la saludo con un cordial:
-Buenos dias Doña. Al mismo tiempo que levanto la mano,ella me contesta con un.
-Buenos dias. Con la misma hipocresía que yo.
El olor a gasolina quemada que penetra las calles, me hace caminar con mas rapidez a mi trabajo, y hace que ansie mas llegar, al mismo.
Prendo mi carro siempre lo dejo a una cuadra de mi casa, por que mi vecino toño siempre me roba mi lugar de estacionamiento. Tambien toño les a dicho a todos que soy  homosexual, trabajo donde mismo que yo.
Subo al carro, y me voy al trabajo, prendo la radio, y esta la cancion de creedence- ¿have your ever seen the rain?.
Llego al trabajo. El guardia me revisa. No encuentra nada.
Camino lento, escuchando el sonido de mis pasos, saludando a mis compañeros de trabajo, levanto las manos mientras sonrio, me da el olor de la alfombra mezclado con el del papel, llego a mi oficina, saco de mi escritorio, una botella de licor, tomo en un vaso.
Meto mi mano a mi Portafolio, y comienzo a trabajar. Pasa una hora, no he terminado el reporte que me han pedido, a si que llega mi secretaria y me dice. Que el Licensiado Izcarraga lo necesita con Urgencia, Asi que meto mi mano a mi portafolio, Y saco una pistola semiatomatica, y apunto direcctamete a su cabeza, la bala le tranpaza y se ronpe uno de los cristales que esta enfre de mi oficina, La pistola tiene un silenciador nadie escucha el disparo.
La sangre penetra la alfombra, y los cesos se ven tranparentes atravez de su cabello, el olor a sangre cosida y plomo penetra el cuarto.
Salgo de mi oficina, y un señor me dice, gerente por favor, levanto la pistola y jalo el gatillo.
Volteo a mi alrededor, y la gente empieza a correr, traigo 2 cartuchos, mas en mi bolsillo derecho, comienzo a disparar. La gente vuela, la sangre corre, el licenciado izcarraga, chilla como un bebe pequeño a pesar de ser un ser humano de gran carácter y muy orgulloso. Pienso que toda la gente le tiene miedo a morir, que todos le temen a no ser eternos. Su sangre tambien es roja como a la de los demas empleados.
Y toño me pide perdon, es extraño como es que el respeto se gana con miedo y no con amabilididad. Cruje su craneo desde mismo modo que el resorte de mi pistola.
Regreso a mi oficina, camino entre charcos de sangre, Tomo la pistola, abro la boca y disparo.